Mujer sin alas

Tenía cara de no romper un plato, pero había roto veinte corazones. Juro que yo no quise ser alguno... Me cuento como el número veintiuno. u_u
La pude haber llamado madrugada, la pude haber llamado mi princesa.
Y en esa noche y casi en la mañana, me dejó mi tequila y mi tristeza.
Malditos son los ojos que prometen soñar desnudos en la carretera, benditos son los labios que nos mienten para sacar canciones o carteras.
Supongo que está mal lo que yo digo, supongo que está bien lo que me bebo.
Supongo que ya no estoy tan tranquilo, pues hasta una canción yo ya le debo.
Ya te andaba, cabrón!
La golondrina se fue de mi lado, se fue como se fue la cocaína.
Clavó en mi corazón los siete dardos que me ando desclavando en la cantina.
La misma aquella de los pies chistosos, la misma que por ojos tenía rimas.
Dejó este corazón borracho en ruinas, y brindo por esos labios carnosos!
Salud por esa noche en los Guanatos cuando soñaba yo que la tenía comiendo aquí en la palma de mi mano, mientras un corazón me maldecía.
Sentado en cuclillas en los durmientes de las vías de los trenes malviajados donde se suicidaron dos serpientes. Mataron sus sueños oxidados.
Dedico la canción que he terminado al ángel que me dio esos tres acordes.
acabo la canción que he prometido.
A esa mujer sin alas no la olvido.