Si estoy sólo tú me acoges eres mi fiel compañía, me hablas sincera y me esperas cuando empieza el día.
Mi guía, mi faro de Alejandría, si me ves perdido.
Te miro y elimino la tristeza en un suspiro.
Das sentido a mi existencia, tú, desobediencia. Tu sola presencia merece mi reverencia, tú, me diste un don, fuiste mi espada.
Siempre encerrada en tu prisión si la inspiración faltaba. Desde la nada me abrazas, no prohíbes ni amenazas. Tan romántica y auténtica, tú nunca te disfrazas. Como un hada y un verdugo, firme escudo en la batalla.
Tú, a quién acudo si otros fallan.
Me das retos, aventuras y responsabilidad; me das éxito y dinero, me quitas la intimidad.
Me exiges crear, me haces temblar, soñar, me curas, me eliges para hablar si las calles están mudas.
Me desnudas con ternura y siento tu tacto y tu olor si te veo volar libre entre la voz de un cantautor.
Eres Ópera y Flamenco, eres todo lo que tengo y te amo, mientras brotas entre las notas de un piano.
Y me desintegras pintando estas noches negras, me alegras, me invades, me evades, alejas las tinieblas y me resucitas siempre, nunca me mientes.
Eres el recipiente donde lágrimas se vierten. Eres Tango y eres Ritmo vives en Do, Re, Mi, Fa.
Impredecible compás cuando te vistes de Jazz. Llegas y me das oxígeno, mi único somnífero si el mortífero estrés tensa mis músculos. Discípulo de tu inmensa maestría.
Cuando no te conocía ¿Cómo podía vivir sin percibir tu melodía?
Fuiste mía y sólo mía en mis horas de miseria, compones la banda sonora de esta tragicomedia.
Tú, reina entre mil reyes, cumbre de mis valles, me levitas y así evitas que tanto odio me ametralle.
Tú, si eres Hip Hop muestras denuncia y carisma; Pero te vistes de Clásica y sigues siendo la misma.
Eres tú, mi suerte, eres tú, tan fuerte, eres tú, tú, tan diferente.
Surges y de repente la vida olvida a la muerte. Imposible detenerte si naces de un pentagrama,
si el drama yace en mi cama me abres enormes ventanas. Tu llama jamás se apaga, luz de eterna juventud, cuando lloras punteando una guitarra de Blues.
Eres tú, la rabia sucia y rasgada de Kurt Cobain.
El compromiso sincero de Marvin Gaye.
La grandeza de John Coltrane improvisando con el Saxo.
La mirada niñada en los ojos de Michael Jackson.
Y es que tu son me sedujo, tu luz me dejó perplejo y caí.
Reviví como el Sol en forma de Soul y R&B
Bebí de ti el elixir y resistí los golpes, si fui torpe encontré por fin mi norte, mi soporte.
Entre acordes de Mark Knopfler redobles de Hancock Herbie.
De Vivaldi hasta Elvis, desde Verdi hasta Chuck Berry.
Inmortales piezas musicales hacen que el tiempo se pare, estallan como bombas provocando ondas letales de esperanza, de aliento y vida.
Mi gran amiga sólo tú haces eficaces todas las frases que diga.
Mi balanza, mi paz, mi druida en la fatiga.
Solo tú haces realidad los sueños que yo persiga.
Y es que sin ti no hay destino, solo piedra y mil caminos. Sin ti soy un mimo temblando en el camerino.
Pero tú acoges mis voces si me ves desorientado, y bailas conmigo un Vals igual que dos enamorados.
Eres la llave inmortal que abre este mental presidio:
Desde “Tearz” Wu Tang Clan hasta el “Ojalá” de Silvio.
Envidio el poder que impones en canciones. Despiertas mis emociones, con creaciones de Ennio Morricone.
Sensaciones sin control cuando eres Rock n’ Roll,
El erotismo de un Bemol en la Voz de Diana Krall
El Solo de Guitarra Eléctrica que el silencio rompe, la Armónica que esconden las manos de Steve Wonder.
Te vi dónde todo acaba, inhalas ira con Black Sabbath.
Respiras vida con la calma que inspira Bob Dylan.
Oscilas y posees a James Brown mueves su cuerpo.
Junto a Freddy Mercury, Ray Charles jamás habrán muerto.
Y es cierto da igual que suenes con un Arpa o un Akai; Con la clase de Frank Sinatra o de Barry White.
Eres la métrica enigmática que envuelve mi ser y lo salva.
El idioma con el que los dioses hablan: Eres Música.
Mi guía, mi faro de Alejandría, si me ves perdido.
Te miro y elimino la tristeza en un suspiro.
Das sentido a mi existencia, tú, desobediencia. Tu sola presencia merece mi reverencia, tú, me diste un don, fuiste mi espada.
Siempre encerrada en tu prisión si la inspiración faltaba. Desde la nada me abrazas, no prohíbes ni amenazas. Tan romántica y auténtica, tú nunca te disfrazas. Como un hada y un verdugo, firme escudo en la batalla.
Tú, a quién acudo si otros fallan.
Me das retos, aventuras y responsabilidad; me das éxito y dinero, me quitas la intimidad.
Me exiges crear, me haces temblar, soñar, me curas, me eliges para hablar si las calles están mudas.
Me desnudas con ternura y siento tu tacto y tu olor si te veo volar libre entre la voz de un cantautor.
Eres Ópera y Flamenco, eres todo lo que tengo y te amo, mientras brotas entre las notas de un piano.
Y me desintegras pintando estas noches negras, me alegras, me invades, me evades, alejas las tinieblas y me resucitas siempre, nunca me mientes.
Eres el recipiente donde lágrimas se vierten. Eres Tango y eres Ritmo vives en Do, Re, Mi, Fa.
Impredecible compás cuando te vistes de Jazz. Llegas y me das oxígeno, mi único somnífero si el mortífero estrés tensa mis músculos. Discípulo de tu inmensa maestría.
Cuando no te conocía ¿Cómo podía vivir sin percibir tu melodía?
Fuiste mía y sólo mía en mis horas de miseria, compones la banda sonora de esta tragicomedia.
Tú, reina entre mil reyes, cumbre de mis valles, me levitas y así evitas que tanto odio me ametralle.
Tú, si eres Hip Hop muestras denuncia y carisma; Pero te vistes de Clásica y sigues siendo la misma.
Eres tú, mi suerte, eres tú, tan fuerte, eres tú, tú, tan diferente.
Surges y de repente la vida olvida a la muerte. Imposible detenerte si naces de un pentagrama,
si el drama yace en mi cama me abres enormes ventanas. Tu llama jamás se apaga, luz de eterna juventud, cuando lloras punteando una guitarra de Blues.
Eres tú, la rabia sucia y rasgada de Kurt Cobain.
El compromiso sincero de Marvin Gaye.
La grandeza de John Coltrane improvisando con el Saxo.
La mirada niñada en los ojos de Michael Jackson.
Y es que tu son me sedujo, tu luz me dejó perplejo y caí.
Reviví como el Sol en forma de Soul y R&B
Bebí de ti el elixir y resistí los golpes, si fui torpe encontré por fin mi norte, mi soporte.
Entre acordes de Mark Knopfler redobles de Hancock Herbie.
De Vivaldi hasta Elvis, desde Verdi hasta Chuck Berry.
Inmortales piezas musicales hacen que el tiempo se pare, estallan como bombas provocando ondas letales de esperanza, de aliento y vida.
Mi gran amiga sólo tú haces eficaces todas las frases que diga.
Mi balanza, mi paz, mi druida en la fatiga.
Solo tú haces realidad los sueños que yo persiga.
Y es que sin ti no hay destino, solo piedra y mil caminos. Sin ti soy un mimo temblando en el camerino.
Pero tú acoges mis voces si me ves desorientado, y bailas conmigo un Vals igual que dos enamorados.
Eres la llave inmortal que abre este mental presidio:
Desde “Tearz” Wu Tang Clan hasta el “Ojalá” de Silvio.
Envidio el poder que impones en canciones. Despiertas mis emociones, con creaciones de Ennio Morricone.
Sensaciones sin control cuando eres Rock n’ Roll,
El erotismo de un Bemol en la Voz de Diana Krall
El Solo de Guitarra Eléctrica que el silencio rompe, la Armónica que esconden las manos de Steve Wonder.
Te vi dónde todo acaba, inhalas ira con Black Sabbath.
Respiras vida con la calma que inspira Bob Dylan.
Oscilas y posees a James Brown mueves su cuerpo.
Junto a Freddy Mercury, Ray Charles jamás habrán muerto.
Y es cierto da igual que suenes con un Arpa o un Akai; Con la clase de Frank Sinatra o de Barry White.
Eres la métrica enigmática que envuelve mi ser y lo salva.
El idioma con el que los dioses hablan: Eres Música.
El idioma de los Dioses, Nach. Del álbum "Mejor que el silencio."
Orale, muy lucido el día de hoy, y al igual que tu entrada anterior, muy bella forma de conjuntar tus versos, aplausos :)
ResponderEliminarYa quisiera yo poder escribir la mitad de eso. Es la letra de una canción de Nach, como dice al final. Saludos, Alezhi!
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